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martes, 29 de noviembre de 2011

Kagamine Rin Aku No Musume (Fandub Español Nea)








Mp3 Fandub de Nea:


Mp3 Fandub Nea:

Ajajaja Ya arrodillense ahora!
Hace muchisimo tiempo en algun lugar
Del reino de la traidora inhumanidad
Yacia en aquel castillo para gobernar
La princesa de 14 años de edad
Los lujosos muebles eran su comodidad
Su sirviente al lado de ella era similar
Su caballo adorado era Josephine
Poseerlo todo le hacia sonreir
Si el dinero le escaseaba no era de importar
Bastaba con tirar de una cuerda y ya esta
En cuanto a la gente que este en contra de mi
De todos ellos me deshare
Ya arrodillense ahora!
La malvada flor, y de fragante olor
Con hermosos y vivos colores
Rodeada de hierbajes tristes alrededor
Que se hicieron nutritivos y se pudren hoy
La princesa mas tirana comenzo a amar
A un hombre de azul del otro lado del mar
Sin embargo fue a primera vista su amor
Pero una mujer de verde de el se enamoro
La princesa en su envidia de pronto llamo
Al ministro que sus ambiciones compartio
Dijo esto con una voz muy pacifica:
"Destruye el pais de verde, ve sin preguntar"
Muchas casas fueron derrumbadas de una vez
Muchas vidas se perdieron, quien lo iba a saber
Pobre gente que pago con todo ese dolor
Pero la princesa se salvo
Ah...Es hora de la merienda
La maldita flor, y de fragante olor
Dentro de una maniaca combinacion
Aunque es una flor de muy hermoso resplandor
Sus espinas pueden provocar muerte y temor
Para acabar con la princesa y su maldad
La gente finalmente se debe levantar
Una muchedumbre que se dejo liderar
Una espadachina de armadura carmesi
Todas las personas que se quisieron unir
Consiguieron envolver completo aquel pais
Con la guerra larga casi sin llegar a un fin
pero el regimiento no logro sobrevivir
Finalmente el tribunal rodeado termino
Y los sirvientes se escaparon de temor
La princesa fina y encantadora al final
Fue atrapada y no pudo escapar
Ah...Pero es no es un hombre
La maldita flor, y de fragante olor
Con hermosos y vivos colores
Es un paraiso para ella aquel lugar
Que de a poco consiguio su alma derrumbar
Hace muchisimo tiempo en algun lugar
Del reino de la traidora inhumanidad
Yacia en aquel castillo para gobernar
La princesa de 14 años de edad
A las 3 de la mañana era su ejecucion
Cuando la campana de la iglesia iba a sonar
La persona a la que princesa hacian llamar
Se encontraba entonces solitaria en prision
Finalmente la hora inevitable llego
La campana el final de la bruja anuncio
Y sin ver a los presentes por ultima vez
Dijo lo siguiente a los demas:
Ah, Es hora de la merienda!
La maldita flor, se esta despertando
Con hermosos y vivos colores
La gente de hoy en dia se referira
Como la unica y verdadera
Hija del mal

domingo, 20 de noviembre de 2011

Historia de la Saga Evil

Esta historia no es mia, solo le cambie unas cosas, la verdadera historia esta en:
http://www.mcanime.net/foro/viewtopic.php?t=183039

Hace mucho tiempo, más de lo que nadie excepto yo puede llegar a imaginar, el mundo no era tal y como ahora lo conocemos. Entonces, los países no existían, y el territorio se dividía en reinos.
Uno de esos reinos,Royaume Jaune (en frances, en español Traidora Inhumanidad) , estaba gobernado por una pequeña monarca. Contaba Su Majestad por aquel entonces con 14 años, y no tenía padre o madre que impusieran educación o autoridad alguna sobre ella. Poseía todo el poder del reino en sus jóvenes y frágiles manos, y desde pequeña creció con el convencimiento de que era la persona más importante del mundo. No se equivocaba. Royaume Jaune era el reino más poderoso del continente. Poseía el mejor ejército. Tenía los mejores territorios.
Así pues, la joven reina poseía un poder inconmensurable en sus manos.
Con la tierna edad de tres años, había subido al trono, debido a la muerte de sus padres, que habían sido contagiados por una rara enfermedad. Su tío, hermano de Su difunta Majestad el Rey, había reinado como Regente durante la infancia de la joven monarca. El Regente se mantuvo en el poder poco tiempo. Cuando la infantil reina tenía 10 años, se descubrió una conspiración dentro del propio Palacio, cuyos miembros aspiraban a matar a la pequeña. El líder de dicha conspiración no fue otro que el Regente. Fue apresado y encarcelado, y confesó bajo tortura que él había sido quien había matado a los antiguos reyes, mediante un veneno poco común.
Así pues, una vez muerto el Regente, la pequeña subió al trono. Aún no era mayor de edad, pero era lo suficientemente mayor como para gobernar. O eso se dijo al pueblo. Verdaderamente, los principales ministros esperaban que la reina no fuera más que un pelele, que gobernaría bajo sus órdenes. Así, sin correr riesgos estúpidos como el difunto Regente, el poder estaría en sus manos.
La reina había pasado completamente desapercibida en el juego político mientras el Regente estaba en el poder. Nadie le hacía caso, ya que no era de utilidad, a excepción de las criadas encargadas de cuidarla y su hermano (nadie sabia que era su hermano), de su misma edad y asombrosamente parecido a ella. El no fue elegido para gobernar con ella el trono ya que causarian grandes problemas , no era opción alguna para estar en el trono, y fue llevado a Palacio por simple caridad. La educación que recibió fue la de un simple mayordomo, con la única excepción del aprendizaje sobre las artes de la guerra que recibió. Un miembro varón de la realeza, por poco importante que fuera, debía saber defenderse por sí mismo, y el niño desarrolló una habilidad marcial superior. La sangre de una familia de guerreros corría por sus venas. El pequeño era el mejor amigo de la joven reina, y pasaban todo el tiempo juntos.
Así pues, la pequeña reina se crió junto a un pequeño de baja nobleza, con educación de mayordomo, y con un cúmulo de criadas que le daban de comer y le enseñaban a leer, escribir, bailar y tocar música. A partir de los cinco años los principales ministros del reino le enseñaron todo lo que una reina debía saber: política, economía, las artes de la guerra…
Lo que veían las criadas y los ministros era una cría sin personalidad ni ideas propias, que obedecía a todo lo que le ordenaban sin pensárselo dos veces. Era el títere ideal, pensaron cuando la subieron al trono.
La sorpresa de sus educadores fue mayúscula.
Ellos habían educado a una persona fácil de manipular. En cuanto subió al trono, la joven reina se mostró como una señorita difícil de tratar, rebelde, con ideas propias, que no seguía los consejos de sus ministros, y mucho menos sus órdenes. El poder estaba en sus manos, y no podían hacer nada para arrebatárselo, ya que era la reina, al fin y al cabo. Una reina de diez años, que hacía caso omiso a cualquier persona que le intentase manipular.
La reina no era ninguna estúpida. Sabía todo lo que tenía que saber, y desde pequeña intuyó lo que quería hacer su tío, el Regente, y lo que harían sus maestros, los ministros. Ella no era ningún pelele, por supuesto, pero no era aconsejable que nadie lo supiera. Si en ella veían a un títere, viviría. Así que fingió ser lo que no era para seguir con vida, y logró engañar a todo el mundo. Únicamente su primo, leal amigo y sirviente, supo cómo era la joven en realidad.
Por supuesto, la reina también sabía a la perfección que los ministros no tendrían ningún reparo en matarla, si así conseguían el poder. De forma que los mantuvo contentos. Organizaba banquetes, los honraba con territorios y riquezas, los agasajaba, les protegía. A cambio, no les otorgaba ningún poder en la corte. La mayor parte de los ministros se puso de su parte en cuanto empezó a comportarse de esa forma. ¿Quién conspiraba contra una reina que te trataba como a un superior? A cambio, ella hacía todo el trabajo duro, que era el gobernar. Sacrificaron su poder a cambio de una buena vida. Cierto era que algunos de los ministros y nobles no se conformaron con ello, e intentaron lograr el poder. Con un poco de ayuda de sus partidarios, todos los rebeldes desaparecieron del mapa. Algunos sufrieron accidentes, otros desaparecieron, otros sufrieron amenazas y extorsiones. En unos pocos meses, la reina tuvo a todos en el bolsillo, a cambio de gran parte de su riqueza.
Pero muy pronto, los ministros y nobles que habían sido agasajados por la reina se dieron cuenta de que la situación no era tan favorecedora. La reina los trataba cada vez peor, hasta que llegó al punto de cobrarles impuestos y reclamarles los regalos que les había hecho en un principio. Intentaron rebelarse contra ella, pero se dieron cuenta demasiado tarde de que sus tropas estaban de parte de la reina. Los nobles habían sacrificado demasiado poder a cambio de riquezas. Ahora, ellos eran los peleles.
Pronto, la corte se dividió en dos tipos de ministros y nobles. Los que bebían de la mano de la reina a cambio de favores, como antaño, y los que intentaban, en vano, oponerse a ella. Este último grupo se fue reduciendo cada vez más. Accidentes, desapariciones, amenazas, extorsiones… Estos métodos obraron maravillas. Pronto, sin que se dieran cuenta, todos los nobles bebían de la mano de la reina, a cambio de algunas migajas de poder o riqueza.
Con once años, la reina tenía todo el poder de Royaume Jaune en sus manos. Su leal primo se volvió el principal consejero, protector y mayordomo de la reina. Contaba con la misma edad de la reina.
Su Real Majestad, Rin Kagamine, gobernó con mano dura Royaume Jaune durante tres años.
Se ganó el sobrenombre de “ Le Méchante Rose”. La malvada rosa.
Los impuestos subieron como la espuma durante su reinado. Necesitaba dinero para agasajar a los nobles, y así ganárselos, y una vez dejó de agasajarlos, los impuestos siguieron subiendo, para así aumentar su fortuna. El ejército estaba completamente de parte de la reina, puesto que compró a todos los grandes jefes. Así, el populacho no tenía nada que hacer contra el régimen real. La reina sabía que los impuestos harían que su popularidad cayera, de forma que estableció una política de represión total por medio del terror, que ayudó a acabar con cualquier intento de rebelión. Cualquiera que hablara mal de la reina era ejecutado al momento, en la plaza mayor. Cualquiera que se opusiera abiertamente a ella era torturado en público. Acto seguido, se le daba muerte.
Mandaba con la guillotina a cortaba cabezas a diario. Si no se detectaban rebeldes, no se decapitaba a nadie, pero todos los días había nuevos presos. Le Mechante Rose tenía al populacho en contra, pero ellos no podían hacer nada. Las medidas del régimen se fueron endureciendo cada vez más. Si no se arrodillaban ante ella, morían. Si no la trataban con el debido respeto, morían. Si se oponían a sus decisiones… la muerte era un descanso en comparación.
Madame guillotine estaba muy ocupada, si.
Su leal sirviente y hermano Len Kagamine, miembro ahora de la baja nobleza, pero con el apellido Real, se consagró como Capitán de la Guardia Real a la edad de 14 años, gracias a su maestría con la espada, inversamente proporcional a su edad, y a la influencia de la reina. Poseía también el cargo de Justicia de la Reina, siendo el encargado de matar a los rebeldes en persona. Siempre se cubría la cara cuando hacía esto, para evitar que el pueblo lo identificara. Esto era esencial, puesto que una de sus funciones era la de espiar en las tabernas, hostales y calles de Royaume Jaune, en busca de rebeliones. Era sumamente eficaz.
Ni la Malvada Rosa ni el Capitán de la guardia tenían escrúpulo alguno al matar a los rebeldes. Para sobrevivir, debían luchar. Y eso era lo que hacían.
***
-Su majestad, humildemente vengo aquí en el nombre de toda la ciudad. Un gran grupo de ciudadanos nos hemos reunido, y, a pesar de la sabiduría que sin duda posee usted, gracias a la cual ostenta el cargo de monarca, estamos… confusos ante la nueva subida de los impuestos. Vengo para pediros, con toda la humildad que poseo, que los bajéis, Majestad. Os lo suplico. El pueblo se muere de hambre, y usted puede subsistir con menos oro. Por favor, apelo a su humanidad…
El hombre estaba de rodillas, mirando al suelo, y hablaba con una voz segura y confiada. Se encontraba en la Sala del Trono, enfrente de Su Majestad la Reina.
La reina Rin se encontraba sentada en su suntuoso trono, mirando con desprecio al hombre que le hablaba. A su derecha, de pie, se encontraba su hermano, Len, el Capitán de la Guardia Real. Estaba allí para protegerla, a que, a pesar de su corta edad, era uno de los principales caballeros del reino. No llevaba armadura alguna, sino que iba vestido con un traje de gala. En el cinto llevaba una espada de empuñadura dorada. Su mano descansaba sobre ella, acariciando el mango de su fiel arma. El capitán, sorprendentemente parecido a la reina, también miraba al hombre que estaba ante ellos, pero su expresión era inescrutable.
En la sala estaban también el escribano real y los guardias de la puerta. No había ninguna otra figura de autoridad, ni ministros, ni nobles ni consejeros. La reina no los necesitaba.
El hombre seguía hablando.
-Por favor, Majestad. La cosecha de este año no ha sido buena, y si no tenemos el oro suficiente para comprar comida a los mercaderes que vienen del Norte, no podremos sobrevivir. Por eso mismo, vuelvo a suplicaros…
-Cállate –Cortó Rin, harta -¿Quién crees que eres, osando venir aquí para hacer semejante petición? Si subo los impuestos, es por algo. No creas que un simple campesino como tú puede entender los motivos de la Corte. ¿Y acaso crees que amenazándome con una posible rebelión me amedrentarás?
-¡Majestad! –El hombre alzó la vista, asombrado - ¡Nunca he mencionado que nos íbamos a rebelar! ¡Al contrario, somos completamente fieles a la Corona!
-Por supuesto. Un grupo de pueblerinos que se reúne para criticar mis leyes e intentar cambiarlas es completamente fiel –Dijo la reina, sarcástica. –Vete ahora mismo, y da gracias de seguir con vida. No pienso hacer caso a un grupo de… campesinos –Pronunció la última palabra con un desprecio total, como si la escupiera – Fuera de mi vista.
El hombre no se movió. Era obvio que no se había esperado esa situación. Se puso en pie, con un brillo de determinación en los ojos.
-Majestad, como representante del pueblo, me niego a aceptar esa propuesta. Es inmoral no oir las súplicas de sus súbditos, y…
-¿Me estás insultando acaso? –Pronunció la reina con un tono suave. Un escalofrío recorrió la espalda del hombre, pero no se movió de su sitio, ni se retractó de sus palabras. –De forma que soy una reina inmoral…
El hombre permaneció impasible.
-Si un monarca se comporta de forma incorrecta, no es un buen monarca, Majestad. Y el comportamiento del que hace gala no es acorde con su rango. Quizás la juventud…
-De acuerdo –Volvió a cortar la reina con el mismo tono suave. –En una misma conversación me has llamado inmoral, me has insultado, me has criticado abiertamente, has puesto en duda mi gobierno… ¿Y esperas salir vivo de aquí?
-Majestad, no me asustan las amenazas. Sin duda, no será capaz de…
En ese momento, una figura cruzó la estancia, y el hombre notó como alo metálico rozaba su cuello.
-Queda arrestado por insurrección a la reina, señor. No se resista, y todo será mejor para usted, se lo aseguro.
El que hablaba no era otro que Len, el Capitán de la guardia. Había apoyado su espada en el cuello del hombre, y hablaba con una voz tranquila y calmada. No llegaba a los 15 años, y el hombre fácilmente doblaba su edad, pero la presencia del joven asustó al hombre.
-Lleváoslo –Dijo la reina desde su trono, mirando imperturbable cómo su Capitán actuaba por cuenta propia.
Ignorando los gritos y súplicas del hombre, los guardias de la puerta se lo llevaron a rastras, hacia los calabozos. Al cerrarse la puerta de la sala, la reina se quedó sola con el escribano y el Capitán.
-No te he ordenado que lo arrestaras –Comentó, fría, la reina.
-No he creído necesario que lo hiciera, Majestad. El hombre os había faltado al respeto, y podía considerarse una amenaza.
-No creo que me hubiera atacado, Capitán.
-No hubiera conseguido tocaros, Majestad, aunque lo hubiera intentado.
-Lo sé, Capitán. Lo sé. Me voy a mis aposentos. Acompáñame como escolta. –Ordenó Rin.
Len hizo una reverencia, y la acompañó. Llegaron pronto a los aposentos reales, y en cuanto entraron, se quedaron a solas.
La reina suspiró y se recostó en la cama.
-Dime, Len, ¿Por qué he subido los impuestos esta vez? No lo recuerdo.
-Las cuadras de Palacio necesitan una reparación, y usted consideró que necesitaba más dinero para hacer las obras.
-No seas tan formal, Len. No te sienta bien.
-Es la forma correcta de trataros, Majestad.
-Pues te ordeno que en privado me trates de forma incorrecta. Dame un respiro, ¿Quieres? No me gustan las formas de la Corte, no me hagas sufrirlas también en privado.
El rostro de Len, que se había mantenido circunspecto y sin expresión alguna, se suavizó en una sonrisa.
-De acuerdo, Rin, de acuerdo. No te enfades. Por cierto, ¿Por qué has recibido a ese hombre? No deberías mostrarte así, corres peligro.
-De vez en cuando tengo que escuchar al pueblo, Len. Si no, no pareceré una monarca. El hecho de hacerles o no caso es otro cantar, por supuesto. Además, ¿Qué peligro podría entrañar un campesino desarmado, teniéndote a ti a mi lado, Capitán de la Guardia?
-No era un campesino –El rostro de Len, y su voz, volvieron a tomar un tono serio, que no pegaba con su edad. A Rin no le gustaba nada esa expresión. –Era un soldado.
-¿Un soldado? –Respondió Rin, sorprendida. –No lo parecía. En cuanto lo vi, pensé que era un simple granjero.
-Esa forma de moverse no es la propia de un campesino. Ese hombre había estudiado artes marciales, Rin. Ha sido una entrevista más peligrosa de lo que crees.
-Da igual –Len tendía a ponerse siempre así cuando hablaban de su seguridad. –Mañana morirá, así que no importa.
-¿Lo ejecutarás?
-No, lo harás tú. Como siempre. Por favor, ese hombre me ha insultado, ¿Creías que me iba a quedar de brazos cruzados?
-Por supuesto que no. Lo siento, debería habérmelo imaginado.
La reina, que hasta entonces había estado sentada en el borde de su cama, se dejó caer de espaldas, de forma que quedó tumbada sobre su lecho.
-Déjalo –Suspiró. –No me apetece hablar de muertes ahora. Mañana es el gran día, ¿No?
-Sí. Mañana partiré hacia Regno Verde, en calidad de mensajero, para traer conmigo al Príncipe Kaito, y acordar así la fecha de vuestra boda.
-Ah, el Príncipe Kaito… -El rostro de Rin cambió ante la mención del nombre. Se ruborizó ligeramente. Era tan guapo… tan noble… Además, su reino, Blue Kingdom, es casi tan poderoso como Royaume Jaune. Si ambos reinos se unían, al contraer matrimonio sus líderes, el dominio del continente sería suyo. –Lo que no entiendo es por qué está en Regno Verde, en vez de en Blue Kingdom. Al fin y al cabo, es conmigo con quien está prometido.
-Ya te lo dije, el príncipe expresó sus deseos de visitar Regno Verde antes de venir aquí, y la Princesa Miku también quería verle. Se rumorea que son amigos de la infancia.
-Sigo sin entenderlo. Que venga aquí la Princesa Miku, y así nos reunimos los tres. Me parece algo mucho más coherente.
-Supongo. De todas formas, mañana partiré hacia Regno Verde y traeré al Príncipe Kaito. Aunque también es posible que traiga a la Princesa Miku, ya que supongo que querrá asistir a la boda.
-Mientras no se interponga entre el Príncipe Kaito y yo… Me da igual. De todas formas, recuerda que tu misión es traer sano y salvo a mi prometido. No hace falta que protejas también a la Princesa Miku.
-Me parece que si la Princesa viene hacia aquí, vendrá con algún tipo de séquito.
-Supongo. Pero todo es posible, Len. Todo es posible. Por cierto, tendremos que programar la ejecución del hombre de antes para por la mañana. Recuerda que partirás hacia el mediodía.
-Por supuesto. Marcho ahora a programar la ejecución. Si hay que hacerlo mañana a primera hora, debo hacerlo ya.
-De acuerdo. Hasta luego, Len.
El Capitán abrió la puerta de los aposentos de la reina y salió fuera.
-Hasta luego, su majestad –Dijo antes de cerrar la puerta.
***
Tras la ejecución, Len marchó hacia Regno Verde. Estuvo fuera durante cinco semanas. Cuando llego Len entro a la sala donde estaban la princesa Miku y el principe Kaito.La princesa Miku y Len sintieron algo mucho mas que la princesa Miku sentia por Kaito, Len se arrodillo ante ello y dijo:
-Majestades, ya es hora que que nos vayamos
-Ten tengo una noticia mensajero- dijo el principe Kaito
-Cual? - dijo Len
-Deseo anular mi compromiso con la princesa de vuestro pais-
-Pero porque?!-dijo furioso sin pensarlo
-La princesa Miku y yo nos enamoramos, plameamos casarnos lo antes posible.
Len se quedaba en blanco, que diria  vuestra majestad si eso se enteraba, pero mas le dolia ya que se habia enamorado de la princesa Miku.
***
Una semana más de lo previsto. Fueron las cinco semanas más aburridas de la vida de Rin. No pasó absolutamente nada, con la excepción de las típicas ejecuciones diarias. Antes de marchar, Len había descubierto los nombres de los campesinos que se habían reunido para conspirar contra la reina, junto con el hombre ejecutado. Cada día ejecutaron a dos personas. Las dos últimas, el día anterior a la vuelta de Len. Setenta personas. Setenta insurrectos menos en Royaume Jaune.
Len volvió al fin de Regno Verde. Solo. Rin no pudo aguantar su ira al enterarse de que, además de haber tardado una semana más, Len no había traído consigo a su prometido.
Más le valía tener una buena escusa. Si no, Rin se enfadaría mucho.
Por desgracia, Len sí tenía una buena escusa.
-No puedo sino expresar mi más profundo pesar, Alteza. Siento mucho ser el portador de semejante noticia.
Estaban en la sala del trono, reunidos, junto con el escribano, los guardias y el Consejo de Ministros. A pesar de la inutilidad de estos últimos, aún tenían el derecho de presenciar aquella reunión.
-El Príncipe Kaito ha… decretado su deseo de romper su compromiso con usted.
Algo se rompió dentro del pecho de Rin. El Príncipe Kaito, su príncipe, su amado… era la única persona, aparte de Len, en la que confiaba. Lo amaba, lo había amado desde el momento en el que lo había visto, hacía unos años. Su primer amor… ¿La traicionaba de esa forma? ¿Aun después de haberse mostrado tan amable con ella? ¿Aun después de haberle dicho que la amaba?
No podía ser, no podía ser… Debía de ser una broma…
Sin embargo, no lo era. Sabía que Len nunca le mentiría, no, si esa mentira podía hacerle daño.
Temblando de ira y tristeza, Rin habló.
-¿P-Por qué…? ¿Por qué lo ha hecho?
Los ojos de Len brillaron con tristeza cuando habló.
-El Príncipe Kaito… Ha expresado sus deseos de casarse con la princesa Miku. La noticia me fue dada en cuanto llegué a Regno Verde. La semana de retraso es debido a mis intentos de convencer al Príncipe y LA Princesa, pero… No atendieron a mis peticiones.
El Príncipe Kaito está ahora en Kingdom Blue, preparando la boda. Será dentro de una semana, y ambos cónyuges han expresado sus deseos de invitarla a la boda.
Rin temblaba de furia. La traición era dolorosa, pero… Ese último detalle, la invitación a la boda… Tenía un significado oculto, desde luego. Un significado que cualquiera con cerebro podría entender.
Se estaban burlando de ella. Estaban echando sal en la herida.
-Capitán Len. El príncipe Kaito, mi anterior prometido, y la Princesa Miku me han insultado. Han roto una promesa, y han traicionado nuestra confianza. Han anulado el matrimonio por su cuenta, y han desatendido una posible alianza, provechosa para ambos bandos.
Bien. Si ellos decretan el final de nuestro compromiso de forma unilateral, yo les declaro la guerra de forma unilateral.
Mañana, al amanecer, nuestro ejército partirá, contigo a la cabeza, Capitán.
Quiero que Regno Verde sude sangre.
Len se la quedó mirando. Un brillo de pesar le pasó por los ojos, y se mantuvo en silencio durante más de un minuto.
Tras eso, agachó la cabeza.
-A sus órdenes, su Majestad.
Rin dejó escapar una sonrisa amarga. La llamaban “Méchante Rose”. Bien, haría honor a ese sobrenombre.
Sería una rosa malvada. Y arrancaría todos los hierbajos que se presentaran ante ella, o que se atrevieran a plantarle cara.
-Empezando por Regno Verde.
***
El ejército marchó al día siguiente, de acuerdo a las órdenes de Rin. Len iba en cabeza. La victoria estaba asegurada, desde luego. En comparación con Royaume Jaune, Regno Verde casi no poseía ejército. Más que una batalla, aquello sería una matanza.
Rin no se equivocaba al pensar esto. Los mensajeros que llegaban siempre traían buenas noticias; el ejército de Rin iba de victoria en victoria. Quemaban casas, mataban mujeres y niños, echaban sal en la tierra. No dejaron nada con vida. Esas eran las órdenes de la reina, y fueron cumplidas con exactitud. Sin embargo, los mensajeros parecían molestos, al igual que los nobles y ministros de Rin. Nadie estaba de acuerdo con la guerra.
-Soy la reina. No os atreváis a dudar sobre mis decisiones.
Con estas palabras, Rin los hizo callar a todos. Sin embargo, el sentimiento de descontento seguía allí.
La guerra era cara. Rin gastó mucho dinero en ella, de forma que se vio obligada a aumentar aún más los impuestos. Fácilmente podría haber financiado la guerra con el dinero que poseía, pero a Rin le gustaba tener algunos ahorros. El pueblo pagaría la campaña.
El descontento general fue en aumento, Rin lo notaba. Los criados la miraban de forma extraña, los ministros fruncían el ceño en su presencia, los nobles huían de su presencia. A Rin no le gustaba esa situación. Además, sin Len, se sentía insegura.
La situación duró casi dos meses. Dos largos meses, en los cuales Len estuvo fuera. Rin se sentía sola. Muy sola.
Su quinceavo cumpleaños se acercaba. Esperaba con ansias que Len estuviera en Royaume Jaune para la fecha. Sin él… No sería lo mismo.
Finalmente, Len volvió. Llevaba las ropas manchadas con sangre, y un halo de tristeza le cubría los ojos, pero se desvaneció al mirar de nuevo a su reina.
-Sus órdenes están cumplidas, Majestad. Regno Verde ha sido conquistado, y su población, diezmada. La princesa Miku también ha muerto.
-¿Estás seguro, Capitán? –Rin estaba henchida de alegría, pero quería asegurarse de que su venganza se había llevado a cabo.
-Por supuesto. –El Capitán alzó la cabeza. –Yo mismo la maté.- Dijo con tristesa al haber matado a la mujer que amaba por orden de su hermana
Rin asintió, complacida. No pudo evitar una sonrisa.
-Espero que el Príncipe Kaito lo haya entendido. Conmigo no se juega –Decretó la reina en voz alta.
Todos los nobles en la sala se miraron entre ellos. “Méchante Rose” había hecho honor a su nombre.
***
Rin volvía a ser feliz. Su venganza había tenido éxito, y las cosas no podían ir mejor. Su quinceavo cumpleaños se acercaba, y apenas podía contener la excitación. Sin embargo, Len no estaba tan alegre como ella.
-El pueblo está descontento, Rin –Le dijo mientras estaban a solas, en los aposentos reales. –La guerra fue horrible. No sufrimos bajas, pero el matar a tanta gente inocente, que no nos había hecho nada…
-Me insultaron. Eso es suficiente.
-Lo sé, Rin. Te entiendo. Pero no todo el mundo piensa como nosotros. El pueblo cada vez está más alterado, no pueden vivir con tantos impuestos, y los soldados… Como ya he dicho, los horrores de la guerra son muchos.
-Se les pasará. Son soldados, sólo son instrumentos para matar. Tú eres el único diferente, Len.
Len permaneció en silencio ante esta afirmación. Rin continuó hablando.
-Y con respecto al pueblo… No tienen ni el carácter ni la organización suficientes como para rebelarse contra nosotros. Y aunque lo hicieran, no podrían con nuestro ejército, por alterado que esté.
-No estoy seguro, Rin. Tengo… Tengo miedo.
Rin no pudo evitar reírse.
-Tranquilo, Len. ¿No ves que no corremos ningún peligro? Además, mi vida está a salvo. –Rin sonrió, y su expresión se suavizó. –Al fin y al cabo, te tengo a ti.
Len sonrió, conmovido. Rin sólo confiaba de esa forma en él, ambos lo sabían. Sin embargo, la preocupación no se esfumó de sus ojos.
-No sólo hay que preocuparse de nuestro propio reino. Al fin y al cabo, Blue Kingdom sigue en pie, y yo mismo maté a la prometida de su príncipe.
-Créeme, no tienen nada que hacer contra nosotros. En una guerra abierta, Royaume Jaune tiene la supremacía en el sector militar.
-En condiciones normales sí, pero ahora… No sé, Rin. No fue una buena idea el vengarse de ese modo.
-No empieces tú también. Acabar así con un pacto entre países atenta contra las leyes del honor más antiguas y respetadas. Tuvieron su merecido. No hay más que hablar.
-Atacar un país sin previo aviso también atenta contra esas leyes.
Rin puso los ojos en blanco. La conversación le cansaba cada vez más.
-Por favor, dejemos de hablar de esto, ¿Vale? Regno Verde ya ha caído, y no podemos resucitar a la Princesa Miku, por mucho que nos arrepintamos. Ahora, déjame sola. Tengo sueño, y ya es tarde.
Len se la quedó mirando durante unos minutos con expresión grave, y asintió con la cabeza.
-Por supuesto. Dulces sueños, Majestad.
***
Sin embargo, la situación no mejoró con el tiempo. Cada vez la tensión en el ambiente era más palpable, cada vez más personas susurraban a las espaldas de la “Méchante Rose”. Len encontró más conspiraciones contra la reina que nunca, y las ejecuciones eran cada vez más largas.
-Majestad, las conspiraciones no hacen más que aumentar, y por las calles corren rumores sobre una supuesta mujer de armadura roja que está organizando una verdadera rebelión. El pueblo entero la tiene como a una heroína, aunque no he podido localizar a la rebelde en cuestión.
De nuevo estaban en la Sala del Trono. Len estaba presentando su informe, y la Corte entera se había reunido, debido a la gravedad de la situación.
-Lo más seguro es que esa mujer no sea más que una leyenda, Capitán. No pierdas el tiempo con fantasías de dudosa veracidad, y ve directo a por los conspiradores reales. Ésos son los que más peligro conllevan.
Len abrió la boca para contestar, pero no llegó a articular palabra alguna. Antes de que pudiera emitir ningún sonido, las puertas de la sala se abrieron de golpe. Un soldado sudoroso y con una expresión de terror cruzó la sala.
-¡¡Nos atacan!! ¡¡Acaba de llegar un mensajero de las fronteras!! ¡¡Un ejército enorme ha entrado en el país y avanza hacia aquí, hacia la capital!!
La sala estalló en gritos de conmoción. Los ministros, los nobles, los consejeros, los criados… Todos empezaron a hablar a la vez, a un volumen ensordecedor. Tan sólo Len y Rin mantuvieron la compostura, aunque con una expresión de miedo en sus caras.
Finalmente, todos se calmaron. La sala se sumió en un hondo silencio, mientras el mensajero recuperaba el aliento. La reina se quedó callada un momento, y luego habló, con serenidad.
-¿Quién nos ataca?
El mensajero, sin arrodillarse, miró a la reina a los ojos.
-Blue Kingdom, Alteza. Con el Príncipe Kaito a la cabeza.
***
Rin había subestimado al príncipe. La muerte de su amada le había chocado más de lo que esperaba, ya que atacar Royaume Jaune era toda una osadía. Ningún país por separado podía con él, por fuerte que fuera.
Sin embargo, aquello no era motivo de preocupación. La estrategia del enemigo había sido atacar por sorpresa y pillar así desprevenida a la capital del reino, y por ende, a Rin. Sin embargo, una vez descubiertos, podían acabar con ellos con total facilidad. La reina envió al grueso de su ejército a la batalla, y esperó pacientemente, aunque mantuvo a Len a su lado en todo momento. Esta guerra no era como la que tuvieron con Regno Verde, aquñi habñia grandes riesgos. Y Len no podía morir. Por el bien de la reina.
Según los cálculos de los estrategas de Rin, el ejército se encontraría con las tropas de Kingdom Blue en menos de tres semanas, y a partir de ahí, todo dependería de la batalla. El ejército de Royaume Jaune tenía órdenes de enviar mensajeros periódicamente, en cuanto empezara la batalla, para que la capital estuviera informada. Esto último fue sugerencia de Len. A Rin le parecía algo exagerado, pero al fin y al cabo, Len sabía más de las artes de la guerra que ella.
Sin embargo, las tres semanas llegaron y pasaron, y los mensajeros no llegaban. La tensión iba en aumento en palacio, y en las calles empezaron a surgir pequeñas revueltas que acabaron con más de un soldado. Len hizo lo que pudo para paliarlas, pero la llama de la revolución era difícil de apagar. Cada vez se oía hablar más de la mujer de la armadura roja, se decía que estaba reuniendo un ejército de plebeyos, que era una estratega increíble, que iba a acabar con la Méchante Rose. Nunca encontraban a esa mujer, por mucho que la buscaran.
En la Corte, la situación también era delicada. La mayor parte de los jefes militares no se encontraban en la capital, pero los que estaban se mostraban nerviosos por la situación. Se descubrieron conspiraciones entre los mismísimos ministros, y muchos nobles pasaban dinero o armas a los rebeldes.
Poco a poco, Rin y Len veían cómo la situación se les escapaba de las manos. Cada vez estaban más desesperados.
Pasaron cuatro semanas.
Cinco semanas.
Y, por fin, a la sexta semana, se avistó un ejército en la lejanía. Se acercaban a la capital, y el número de soldados era increíblemente alto.
En cuanto Rin recibió la noticia en a Sala del Trono, suspiró de alivio.
-¿Por fin ha regresado nuestro ejército?
-No, Alteza. Me temo que no es así. Las banderas que ondean son de Royaume Jaune, sí, pero en su mayoría… Son de Blue Kingdom.
Nuestro ejército se ha rebelado. Nuestras propias tropas marchan contra nosotros. En unas horas, llegarán a las puertas de la ciudad.
***
El infierno se desató en la sala. Los nobles chillaban, los criados gritaban, los ministros bramaban enfurecidos. Algunos lloraban de miedo, otros se quedaban en su asiento, gritando. Una criada tuvo un ataque de histeria, y Len en persona tuvo que darle una bofetada para que recuperara la cordura.
La reina no estaba mejor. Su propio ejército… El grueso de su ejército se había rebelado contra ella, contra su reina. Además, Blue Kingdom también buscaba su cabeza.
No había esperanza.
Poco a poco, la sala se fue vaciando. La gente se fue del Palacio, salió a las calles intentando huir de la situación.
Pronto, los plebeyos se dieron cuenta de la situación. Atacaban la ciudad, y los gobernantes huían. Aquello era demasiado. Pronto, se alzaron en armas, y todo noble que anduviera por las calles fue apresado y asesinado allí mismo, por las manos de aquellos a quienes habían oprimido en su régimen. Pero no era suficiente para los pueblerinos.
Querían a la reina. La Méchante Rose caería. Pagaría por todos sus pecados.
Sufriría por cada hombre muerto.
***
Len y Rin se quedaron a solas en la Sala del trono. A juzgar por el revuelo, pronto se quedarían solos en el palacio.
-Rin… -Murmuró Len.
-Lo sé. Esto es el fin. Por favor… -Miró a Len a los ojos mientras una lágrima le recorría el rostro –Acompáñame a mis aposentos. Por favor.
-Por supuesto, Rin. Por supuesto.
***
El ejército enemigo llegó a las puertas de la ciudad. La sorpresa del Príncipe Kaito fue grande al encontrarse la ciudad abierta ante ellos. En cuanto entraron, se encontraron a un gran grupo de plebeyos armados, comandados por una mujer de armadura roja. No sólo les dejaban entrar, sino que les prestarían apoyo en batalla. La ciudad se rendiría ante ellos, sin luchar, si eso era lo que deseaba Blue Kingdom. A cambio, sólo pedían una cosa.
Juntos, acabarían con la Méchante Rose. Todo con tal de matar a la reina.
Sonriendo, el Príncipe Kaito asintió.
El pueblo estalló en virotes de júbilo.
***
Estaban solos en Palacio. Ambos lo sabían. Se encontraban en los aposentos reales, esperando lo inevitable.
-Len… -Dijo la reina –Sólo me quieren a mí. Huye, ahora que puedes. Escóndete. Tú, al menos, debes vivir.
-Rin, nunca te abandonaría, y lo sabes. Tu vida es más importante que la mía.
-Len… -Muchos pensamientos cruzaron la mente de Rin al mirar el semblante serio de Len. Finalmente, tomó una decisión.
-Te lo ordeno como tu reina, Len. Huye. Vete de aquí. Vive.
Hazlo por mí.
El Capitán de la guardia se la quedó mirando durante unos momentos. Su ecxpresión era inescrutable.
-Escapa Len...
-No majestad- Le dio ropa -Somos muy parecidos, pongase mis ropas y yo las suyas, asi estara libra, mientras que yo...-
-No Len! No dejare que mueras por mi culpa-
Len y Rin empezaron como a discutir hasta que Len le puso las ropas a Rin y la escondio, luego se puso sus ropas y se solto el cabello, aparte de hermanos que eran, eran gemelos.
***
Finalmente, la turba llegó a Palacio. Estaba completamente vacío, y la gente se separó en grupos, buscando a la reina. El palacio era enorme, podía estar escondida durante días.
Pero la huida era imposible.
El Príncipe Kaito iba junto a la mujer de armadura roja. Solamente estaban ellos dos.
Llegaron a la zona de los aposentos reales. Allí, encontraron los aposentos privados de la reina. Dentro se oían ruidos.
El Príncipe abrió la puerta.
Sentada en una mesa se encontraba la reina. No había nadie más en la sala.
Al verlos, la Méchante Rose se levantó y avanzó hacia ellos con elegancia.
-Todos mis sirvientes han huido. Todos mis aliados me han abandonado.
Aquí me tenéis. Haced lo que queráis conmigo.
***
La ejecución fue fijada a las tres de la tarde, justo cuando las campanas de la iglesia tañeran. El gobierno de Royaume Jaune fue legado a un consejo de plebeyos. Presidía el Consejo la mujer de armadura roja, y juraron fidelidad absoluta a Blue Kingdom. La primera medida que tomaron fue la bajada de impuestos.
Fue un día feliz.
Finalmente, la hora acordada llegó. En la plaza mayor, justo en el centro, se alzaba una gigantesca guillotina.
Madame guillotine, que tantas veces había matado inocentes, acabaría con la vida de la Méchante Rose.
Toda la capital se reunió alrededor. El encargado de accionar la guillotina no era otro que el Príncipe Kaito. Sólo una figura entre todo el público parecía triste. Un hombre disfrazado de mendigo, con una mirada de pesar en los ojos. So alguien hubiera mirado con interés esa figura, se habría dado cuenta de que era muy parecido al ex-Capitán de la Guardia Real. También era muy parecido a la reina.
Finalmente, las campanas tañeron tres veces. La plaza entera se sumió en un silencio reverencial.
-¿Unas últimas palabras? –Dijo el Príncipe Kaito
La reina se quedó unos momentos en silencio.
-Son las tres. La hora de la merienda.
El Príncipe no se inmutó ante semejante respuesta. Accionó la letal máquina.
La cuchilla bajó.
La sangre salpicó el suelo.
La cabeza de la reina cayó rodando, y acabó en el cesto que estaba a los pies de la guillotina.
El pueblo entero estalló en gritos. Vítores, alabanzas, rezos… Todo el mundo se sintió liberado. Al fin, la tirana había caído.
Tan sólo el mendigo soltó un grito de dolor. Un alarido que mostraba un dolor tan amargo que, si alguien lo hubiera oído, habría roto en llanto al momento. Pero nadie prestó atención a la triste figura. La alegría era demasiado grande.
Así, la existencia de la Méchante Rose llegó a su fin. Sería recordada, durante mucho tiempo.
Su nombre sería maldito durante años.
Ese fue el fin de la última reina de Royaume Jaune.
La figura triste era Rin, la verdadera reina que no habia muerto, pero estuvo en la ejecucion viendo todo, llorando mientras nadie le hacia caso, decidio comenzar una nueva vida, cuando comprendio lo que habia hecho al perder a su ser mas querido.
Dias despues, de haber encontrado una casa y comida, Rin recordo una historia que Len le habia contado hace algunas semanas.
Escribe tu deseo en un pergamino, pongo en una botella de cristal, arrogalo al mar y quizas algun dia tu deseo se vuelva realidad.
Rin sin mas busco un pergamino he hizo lo que puedo, cuando arrogo la bote de cristal, cayo a la arena y dijo:
-Lo siento...¡Lo siento! Todo fue mi culpa...si no hubiera hecho eso Len estaria vivo...Dios te pido si pudiera volver a nacer...
Rin se quedo sin mas llorando.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Kagamine Rin Aku No Musume (Lyrics)


Saa, Hizamazukinasai!
Mukashi mukashi aru tokoro ni
akugyaku-hidou no oukoku no
Chouten ni kunrin suru wa
yawai juuyon no oujo-sama
Keran-gouka na choudohin
Kao no yoku nita meshitsukai
aiba no namae wa JOSEFIN
subete ga subete kanojo no mono
Okane ga tarinaku natta nara
gumin domo kara shiboritore
watashi ni sakarau monotachi wa
shukusei shite shimae
Saa, Hizamazukinasai
Aku no hana karen ni saku
azayaka na irodori de
mawari no aware na zassou wa
aa youbun to nari kuchite yuku
Boukun oujo ga koi suru wa
Umi no mukuo no aoi hito
dakedomo kare wa ringoku no
Midori no onna ni hitomebore
Shitto ni kurutta oujo-sama
aru hi daijin o yobidashita
shizuka na koe de iimashita
Midori no kuni o horoboshinasai
Ikuta no ie ga yakiharaware
Ikuta no inochi ga kiete yuku
kurushimu hitobito no nageki wa
oujo ni wa todokanai
Ara, oyatsu no jikan da wa
Aku no hana karen ni saku
kuruoshii iroori de
totemo utsukushii hana na no ni
aa toge ga oosugite sawarenai
Aku no oujo taosubeku
tsui ni hitobito wa tachiagaru
ugou no karera o hikiiru wa
Akaki yoroi no onna kenshi
Tsumori ni tsumotta sono ikari
kuni zentai o tsutsumikonda
naganen no ikusa de tsukareta
Ken kicha ide anarou
Tsu ni oukyuu wa kakomarete
kashintachi mo nigedeshita
kawaiku karen na oujo-sama
Tsu ni toraerareta
Kono bureimono
Aku no hana karen ni saku
kanashige na irodori de
Kanojo no tame no rakuen wa
aa moroku mo hakanaku kuzurete´ku
Mukashi mukashi aru tokoro ni
akugyaku-hidou no oukoku no
chouten ni kunrin shite´ta
yowai juuyon no oujo-sama
Shokei no jikan wa gogo sanji
kyoukai no kane ga naru jinka
oujo to yobareta sono hito wa
hitori rouya de nani o omou
Tsui ni sono toki wa yatte kite
owari o tsugeru kane ga naru
minshuu nado ni wa me mo kurezu
kanojo wa kou itta
Ara, oyatsu no jinkan da wa
Aku no hana karen ni chiru
azayaka na irodori de
nochi no hitobito wa kou kataru
aa kanojo wa masa ni
Aku no musume

domingo, 13 de noviembre de 2011

Hatsune Miku Sweet Devil (Español)


(Puede se como un fandub)
Atencion:
Esta version fue modificada para hacerla como fandub (creo yo) y a parte el video no es mio yo solo lo subtitule y lo subi en mi canal suscribance: KagamineLenRin02

Español:
Maquillarse y vestirse, puedo ser bonita
Mis pestañas son largas verdad?  por el rimel y pestañas postizas
Mi delineador es perfecto, una sombra y resaltar
Me pregunto si no exagere con mi labial
Estoy mostrando demasiado mi pecho?  te gusta verdad?
Mis tacones son de 3cm de alto! Apenas las puntas de mis pies verdad?
Babydoll en mi muñeca, su fragancia hace tu corazon rapido?
Mi esmalte rojo es lindo verdad? Hey!
Estas soñando? No voy a decir que eres el unico para mi
No malinterpretes! Soy mentirosa
Tengo algo que decirte! Puedes oir mi voz! vez?
Esta bien se un poco agresivo, abrazame aun mas
Cerca de mi, no puedes hacer algo asi?
Eres mas alto que yo por 10cm, no es asi?
Pasa tus dedos por mi cabello,acaricialo aun mas
Mirame solo a mi! No muevas la mirada de mi
Es solo que me rio graciosamente
Date prisa y abrazame con fuerza
No lo entiendes? Mi mano esta abierta
Debes entenderlo! Quiero que te preocupes por mi
Soy atrevida, Deja de mirar a esa chica todo el tiempo
No soy celosa pero solo te tengo a ti. No lo digas
Asi que besame, amas a esta dulce diabla?
Estoy enamorada de ti, es cierto
Si no es solo yo no me gustaria
Lo siento por no ser tan docil, Te amo baby!
Te amo es la realidad
No lo odias si no es solo tu?
Solo te tengo a ti. Es muy cierto!
Asi que besame, amas a esta dulce diabla?
Estas soñando? No voy a decir que eres el unico para mi
No malinterpretes! Soy mentirosa
Lo siento, eso es una mentira
Es malo si se trata de solo yo para ti?
Juras amarme toda la vida?
Un beso estara bien? Amas a esta dulce diabla?

Hatsune Miku Sweet Devil (English)


Attention:
I subtitle this video I did but not is my youtube channel hope you subscribe KagamineLenRin02

English:
Makeup an drees, I can be very nice too
My eyelashes are long right? That´s mascara and false eyelashes
My eyeliner is perfect, a black shadow and highlight
I wonder if too bright pink lip gloss
I´m showing my chest too? But that´s what you like it?
My heels are 3 inches tall! Just on the balls of my feet right?
Babydoll on my wrist, her fragrance fast does you heart?
My red enamel is wonderful, really cute? Hey!
These dreaming? I will not say that you´re the only for me
Do not misunderstand! I am a girl lying
I have something to say! You can hear my voce! time?
This well be a little more aggressive, hold me agains! your chest
Suddenly near me, can not do something?
You´re taller than me by 10 cm, It is quite easy to do, is not it?
Run your fingers through my hair,here, gently caress
Look at me just me! Do not move my eyes
It´s just that I laugh crinicamente
Hurry up and hold me hard!
Do not you understand? My right hand is open
You must understand even if I say nothing I want you to worry about me...
I am a bol girl Stop watching that girl all the time
I´m not jealous, but only I have you. Do not say it is shamful
So kiss me, sweet love this devil?
I´m in love with you, it is true
If it is not just me I would not like
Sorry for not being as docile I love you baby!
I love you is the reallity
Do not you hate if it if is only you?
Only I have you It is very true!
So kiss me. Sweet love this devil?
These dreaming? I will not say you´re the only one for me
Do not misunderstand! I am a girl lying
Sorry, that´s all a lie It´s bad if it´s just me for you?
You promised to love me forever?
A kiss will be goo right? Sweet love this devil?




Hatsune Miku Seewt Devil (Lyrics)

Sweet Devil:
Meiku appu ando doresu appu!
Ai biikomu berii raburi tou!
Matsuge wa nagamede ne
Masukara purasu tsukematsuge
Airain bacchiri ne kukkiri shadou hairaito
Pippu wa chotto oome ni
Iin pinku de kirakira na no
Mukanamoto hirake sugidatte,
Datte kouiu no sukijan
Hiiru wa san-senchi appu!
Senobi shite choudo ii kurai ni
Tekubi bi bebii dooru amakute dokidoki shinai?
Akai manikyua sugoi kyuuto esho? Nee
Yumemi teru no? Kimi dakeni Suki nante iwanai yo
Kanchigai shinaide ne! Aimu raiaa gaaru
Ai habu samushingu tou sei!
Kan yuu hea mai boisu? Yuu shii?
Mou chotto gouin demo ii
Kimi no mune no naka gouin!
Kyuu ni hikiyose rare tari souyuu koto dekinai no?
Shinchousa iosenchi irorio shi yasui desho?
Yubi de kami wo suite yoshi yoshitte nade tari shi chatte
Atashi dake mite tette! Shinsen sora sanai de
Shinikaru ni warau kurai ga choudo ii no desu!
Tsutokina no ga ii no hayaku daki shimete!
Wakannai? Migite ga ai teru no
Iwa nakute mo wakatte yo!
Wanto yuu tou uourii abauto mii aimu saushi gaaru
Ano ko bakkari minaide betsuni yakimochi janai kedo
Ai habu onrii yuu itsu sheimufuru don sei
Dakara KISU shite dou yuu rabu SUUIITO EVIL?
Daisuki na no honto wa ne atashi dake ja nakya iya a yo
Aimu sorii noto tou bikomu miikurii
Ai rabu tuu bebii daisuki dayo honto na no
Kimi dake janakya iya desho?
Ai habu onrii yuu, itsu rearii toruu!
Dakara KISU shite dou you rabu SUUIITO EVIL?
Yumemi teru no? Kimi dakeni Suki nante iwanai yo
Kanchigai shinaide ne! Aimu ralaa gaaru
Gomen ne zenbu uso dakara atashi dake janakya dame na no
Kan yuu rabu me suruu raifu? Chikai wa
KISU de ii yo ne dou yuu rabu SUIITO EVIL?





sábado, 12 de noviembre de 2011

Soy KagamineLenRin02 de youtube (o Len de VoCaLoId facebook)

Hola...otra vez otro blog que chuto X_X pero bueno ya este correo uso mas no pondre videos hasta que saque la saga evil de vocaloid pero pondre lyricals, fandub y traducciones. Disfruten